El uso de las vacunas para combatir la resistencia a los antibióticos (RAM)

Junto con los antibióticos, las vacunas son una herramienta importante pero ampliamente infrautilizada para reducir la propagación de la resistencia a los antibióticos (RAM) a nivel mundial. En GSK somos pioneros en el desarrollo de nuevas vacunas para cambiar esta realidad.

Desde su descubrimiento a principios del siglo XX, los antibióticos han revolucionado el cuidado de la salud humana, salvando y mejorando la calidad de innumerables vidas en todo el mundo. Antes del descubrimiento histórico de la penicilina por Alexander Fleming en 1928, la esperanza media de vida era de 47 años y, hasta el corte más pequeño, tenía el potencial de ser fatal si se infectaba.

En los últimos 90 años, el uso de antimicrobianos y antibióticos en particular han impulsado los avances médicos y ampliado el alcance de la medicina moderna. Sin embargo, la creciente resistencia a los antibióticos (RAM) plantea una gran amenaza global para las personas, la salud pública, la sociedad y las economías de todo el mundo.

¿Qué es la RAM?

La RAM se desarrolla cuando los microorganismos (bacterias, virus, hongos o parásitos) ya no responden a los medicamentos diseñados para inhibir su replicación. Esta resistencia aumenta con el tiempo a través de la mutación y la sobreexposición a antibióticos, especialmente cuando no se administran de forma adecuada. Sin tratamientos efectivos, estas infecciones pueden permanecer, crecer y continuar propagándose en y a otras zonas del cuerpo.

La creciente amenaza de la RAM

El uso de antimicrobianos y el uso indebido de antibióticos está aumentando en todo el mundo, acelerando la velocidad a la que se desarrolla la resistencia, incluida la resistencia a las superbacterias (bacterias con resistencia acumulada a casi todos los antibióticos disponibles). Este aumento continuo pone en peligro nuestra capacidad para tratar enfermedades infecciosas comunes y podría revertir los avances realizados en la salud durante el siglo pasado. Las terapias contra el cáncer pueden volverse ineficaces, y las cirugías rutinarias e incluso los partos, menos seguros.

Desarrollar nuevos antibióticos es muy difícil, tanto científica como económicamente. Aun así, estamos centrando nuestra investigación antibacteriana en el desarrollo de la próxima generación de antibióticos y tenemos una cartera activa de posibles nuevos medicamentos.

En las próximas décadas, los cambios demográficos, el cambio climático y la migración agravarán la RAM al facilitar la propagación de los patógenos. Se estima que cerca de 700.000 personas mueren cada año debido a infecciones resistentes. En el peor de los casos, la resistencia a los antibióticos podría cobrarse la vida de hasta 10 millones de personas para 2050, lo que supone una cifra mayor a las muertes actuales provocadas por enfermedades oncológicas y diabéticas combinadas.

Prevención de infecciones para reducir la propagación de la RAM

En un momento en que la mayoría de las principales compañías farmacéuticas se han alejado de la investigación con antibióticos, en GSK tenemos nuestra propia unidad de investigación centrada en el desarrollo de la próxima generación de antibióticos y una cartera activa de posibles nuevos medicamentos. Junto con los antibióticos, las vacunas son una herramienta importante y, sin embargo, ampliamente infrautilizada para reducir la propagación de la resistencia a los antibióticos a nivel mundial.

Las vacunas pueden ayudar a reducir el riesgo de infección de un individuo, al tiempo que entrenan al sistema inmunitario para que reconozca y desarrolle una defensa inmune rápida y efectiva contra un patógeno. Muchas vacunas también pueden ayudar a proteger a las personas no inmunizadas que no pueden inmunizarse (por ejemplo, personas con un sistema inmune debilitado) a través de lo que conocemos como "inmunidad de grupo", un proceso que reduce en gran medida la enfermedad en la población general. Al reducir la propagación de la enfermedad, la inmunización disminuye la necesidad y el uso de antibióticos, lo que limita todavía más las oportunidades de desarrollar resistencia a estos medicamentos.

En GSK creemos que las vacunas podrían tener un papel clave a la hora de abordar la amenaza global de la RAM. Nuestra cartera actual de vacunas ayuda a proteger a decenas de millones de personas en todo el mundo frente a un gran número de infecciones bacterianas y no bacterianas.

Al centrar nuestro trabajo en nuevos enfoques científicos y tecnologías avanzadas, como adyuvantes, bioconjugación y módulos generalizados para antígenos de membrana (GMMA); podríamos actuar sobre los patógenos que probablemente desarrollen resistencia y crear vacunas eficaces más rápidamente en comparación con los enfoques tradicionales.

Actualmente, tenemos varios proyectos de vacunas y medicamentos dirigidos a los patógenos prioritarios de RAM para la OMS, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

Por ejemplo, estamos explorando el potencial de las vacunas nuevas y existentes para proteger frente a infecciones bacterianas en las que el aumento de la resistencia a los antibióticos resulta preocupante, como la shigelosis, infecciones provocadas por Staphylococcus aureus y Clostridium difficile y gonorrea.

Estamos comprometidos con explorar enfoques innovadores que puedan paliar la RAM, y este compromiso ha sido reconocido por el informe de referencia RAM 2020 de la Fundación de Acceso a los Medicamentos que nos sitúa en el primer puesto, con casi una quinta parte de todos los proyectos de I+D en el área.

Aunque los antibióticos continúan desempeñando un papel vital, nuestra mejor comprensión y capacidades de desarrollo en el área de las vacunas nos están ofreciendo nuevas formas de abordar el problema de la RAM desde su origen, siendo así capaces de proteger a más personas de enfermedades infecciosas y reduciendo la resistencia a los antibióticos.

Aún queda un largo camino por recorrer en la lucha contra la RAM; esperamos que todos estos esfuerzos, si tienen éxito, puedan tener un impacto significativo en la salud de las personas, permitiendo a la sociedad continuar explorando el futuro de la atención médica.